¿Cómo hacer terapia con muñecos?
Teniendo claro que el trabajo con muñecos es un proceso continuo y bidireccional, quiero dejar claro que nunca debes imponer al cliente tu visión de lo que veas en los muñecos.
Como profesionales ofrecemos una visión y ayudamos a que el cliente pueda ver distintas perspectivas de una situación, pero no buscamos tener la razón ni convencer a nadie. Somos aliados, no dueños de la verdad ni promotores del dogma.
En nuestro acompañamiento con muñecos lo que toma prioridad es el significado que ellos tienen para el cliente, respetando siempre el proceso y la necesidad interna de la persona que acompañamos.
Dicho esto, los pasos para empezar una sesión con muñecos son los siguientes.
Características generales:
En todos los procesos terapéuticos consideraremos:
- Ser prudentes y respetuosos. En mi opinión, es mejor demasiado despacio que demasiado deprisa.
- Incluir lo fenomenológico.
- Estar atentos al lenguaje no verbal y a la narrativa del cliente. Así como a la coherencia o disonancia que hay entre estos dos aspectos.
- Tener conciencia de proceso y de la temporalidad, de que cada momento es único que cada paso de un proceso tiene su momento adecuado y su tiempo necesario de integración.
- Ampliar la comprensión.
- Cerrar el trabajo recapitulando sobre lo observado y vivido, y asegurarnos de su comprensión.
- Ofrecer herramienta o ejercicios de autocuidado e integración.
- Ayudar a crear una utilidad o toma de acción en la vida práctica.
En las sesiones de terapia con muñecos buscaremos:
- Ir hacia lo concreto, a la vez que tener una mirada global
- Singularizar el trabajo
- Balancear el trabajo del hemisferio izquierdo y el derecho, prestando atención e interactuando entre aspectos de narrativa y lógica (preguntas, proponer frases, reflexionar junto a la persona, etc.) y aspectos visuales, emocionales, simbólicos.
- Ampliar la visión de la situación, completándola o cambiando de perspectiva.
- Apoyar al bienestar individual del cliente, estando a la vez en una posición de respeto y no juicio hacia el sistema completo.
- Trabajar en equipo profesional-consultante.
¿Qué queremos conseguir en una sesión de terapia con muñecos?
- Exteriorizar lo que sucede en el interior del cliente.
- Movilizar durante todo el trabajo a través de la permanente comunicación.
- Ampliar la comprensión de la persona.
- Reformular, construir una nuevo relato y resignificar las experiencias.
Proponer el trabajo con muñecos a tus consultantes.
Debes tener claro por qué este tipo de recurso es conveniente para determinado cliente antes de proponérselo.
No se trata de convencer, se trata de explicar por qué desde tu perspectiva profesional los muñecos podrían ayudarle.
Hay personas que a veces llegan a ti con una propuesta inicial de trabajo: “tengo problemas con mi pareja”, “no me encuentro bien en mi trabajo”, “siento que no sé cómo criar a mi hijo”…
Considera cada caso único y distinto, porque cada persona llega a sesión de forma única. Pero sí que en el uso de los muñecos hay un procedimiento y connotaciones semejantes en los que podrás apoyarte para ganar confianza en el uso de esta herramienta.
En el trabajo con figuras, lo que sucede es que se representa una imagen interna en el exterior. Esto permite representar los distintos elementos de un sistema, explorar su ubicación, cómo se relacionan entre sí, llegar a interpretaciones descriptivas y exteriorizar muchos aspectos de la realidad interna que experimenta el cliente en su día a día. Ver la dificultad «fuera» permite el cambio y la posible transformación de ese aspecto.
No olvides que estarás trabajando con representaciones parciales y dinámicas; eso significa que lo que se muestra en la imagen con muñecos es una aproximación a la realidad interna de la persona, las imágenes no van a ser consideradas como una única realidad invariable y completa.
Ten en cuenta que muchas veces el motivo de consulta inicial no es el verdadero dolor o problema del cliente, sino que se descubre después de algunas sesiones.
Y, muy importante en tu inicio de uso de muñecos: que una persona acepte una o dos sesiones con muñecos no implica que quiera seguir con ellas. Es muy habitual alternarlos con otro tipo de intervención. No te ofendas ni pienses que haces un mal trabajo, el proceso de cada quien es distinto y déjale la puerta abierta para volver a retomar los muñecos otro día.
Propuesta y elección de los muñecos.
Es un momento determinante de la sesión. Después de escuchar a la persona y de tu indagación, con un objetivo claro, llega el momento de hacer tu propuesta de muñecos a elegir.
En todos los casos debes tener una hipótesis interna de cuáles son las figuras centrales del trabajo, pero no tienes por qué compartirla abiertamente o de entrada con la persona. Esta hipótesis interna es tu guía, pero sigue abierto a modificarla según avance la sesión.
- Hay distintos modos de realizarla.
- Plantear de inicio solo el primer muñeco a elegir y cuando lo hayáis observado propones el segundo, y así progresivamente.
- Plantear de inicio las tres o cuatro figuras con las que centraréis el trabajo. Que las elija una detra´s de otra y luego las coloque también consecutivamente.
- Mi consejo es que no le hagas «la lista de la compra» de todos los representantes que piensas utilizar en el planteamiento. Es largo de argumentar, para eso si necesitaré encontrarte en Dale al Play o en los directos, pero te dejo aquí el consejo.
Una vez realizada tu propuesta «elige un representante para… «, ¿quién escoge los muñecos? Siempre el cliente.
- No tienes que tener separados ni presentarle los muñecos por categorías (hombres, jóvenes, mayores, etc.).
- La proyección en el representante tiene que ser lo más libre posible, y es habitual que las personas elijan una figura femenina para representar a un hombre o a la inversa. Para no condicionar la elección categorizándolos, los muñecos están mezclados en género, edad, energía etc.
- La elección requiere tiempo y conexión de la persona con su estado interno y el tema que va a tratar.
- Ve despacio y mantente en silencio lo máximo posible. En ocasiones, proponemos al cliente cerrar los ojos y respirar profundamente para centrarse aquí y ahora, conectar con su centro y al abrirlos, empezar a hacer la elección.
- La consigna inicial para elegir los muñecos suele ser: “sin pensarlo exhaustivamente o buscar un parecido físico, elige el muñeco que sientes que pueda representar a…. tu yo actual, tu jefe, tu compañero de trabajo, familiar etc. No es necesario que sean físicamente similares a ti o a esas personas, se trata de escoger aquellos que sientes que podrían representarles mejor porque reflejan, conectan con algo de esa persona”.
Si trabajas presencialmente:
Acércale el grupo de muñecos entre los que puede elegir.
Algunos profesionales los colocan en un montón encima de la mesa o de una bandeja, o dentro de una bonita caja, y la persona puede removerlos mientras elige. Otros prefieren tener un expositor con todos sus muñecos y la persona elige en esa exposición. También es posible aunque requiere de mayor espacio para guardar los muñecos.
Tu trabajo de observación de los muñecos como representantes empieza en ese momento.
Observa cómo la persona mira los muñecos, si hace preguntas o duda al escoger uno en particular. La actitud, las dudas, descartes, el tiempo que tarda… dice mucho sobre lo que está pasando dentro de su cabeza.
Por ejemplo (y teniendo siempre en cuenta, por favor, que los ejemplos no implican imperativos en la interpretación de las situaciones): cuando alguien tarda mucho rato en elegir a un muñeco es posible que internamente no desee observar el conflicto con esa persona, recordarle, mirarle, entrar en contacto con ella. O a la inversa, puede que quiera o aprecie a esa persona tanto, o aun rasgo de personalidad de esa persona… que dedique mucho tiempo a encontrarlo porque si o si quiere poner eso en relevancia.
Otro ejemplo: en ocasiones, eligen un primer muñeco para representar a alguien, lo miran con más detalle, y lo descartan, les parece inconveniente algo que observan en esta segunda mirada. Prefieren elegir a otro. Es posible que este primer muñeco descartado sea relevante, que simboliza un aspecto personal que no desean mirar, que no les gusta, que habitualmente esconden para olvidarlo etc.
No siempre significa esto el descarte, pero tu atención en este momento de la elección te permitirá ver si eso es importante o no.
En todo caso, si elige uno y lo descarta obsérvalo y recuérdalo, puede ser información valiosa en el desenlace.
Y sé flexible y creativo en situaciones como «no quiero elegirlo», «no lo encuentro» etc. Puedes plantear preguntas sobre lo que vive, cómo se siente ante esa elección, etc. Utiliza lo que sucede para conocer y comprender a la persona.
En el caso de las sesiones en línea:

La persona no puede realmente coger el muñeco y ponerlo en la tabla, pero el procedimiento no varía.
Presentas sobre tu tabla giratoria el set de muñecos inicial (recuerda que necesitas representantes de diferentes generaciones), y girando la tabla lentamente, el cliente puede ver con amplitud los distintos tipos de muñecos disponibles.
Una vez ha identificado el que elige te lo indicará y tu lo colocarás siguiendo sus instrucciones al pie de la letra, sin hacer ninguna propuesta de elección ni colocación.
Colocación de los muñecos en la escena.

Cada persona tiene un estilo y ritmo distinto.
Algunas se toman mucho tiempo para decidir dónde y cómo colocar la figura, otros casi te delegan la decisión.
Lo adecuado es dar tiempo, seguir sus indicaciones y una vez colocado testear si el lugar elegido es el que siente adecuado.
Hay dos modos de proceder:
- Montar toda la escena de la imagen inicial colocándolos uno tras otro y empezar la observación una vez están todos colocados.
- Ir colocándolos y observándolos uno a uno, viendo el cambio que se produce en las figuras de la tabla al introducir las nuevas figuras.
Los dos tiene pros y contras pero de modo general el segundo permite que la información salga más gradualmente, el aprendizaje sea más consciente, es más sencillo de manejar tanto para el profesional como para la persona, y permite procesos más sentidos.
Colocarlos todos de corrido, consecutivamente puede generar más complejidad en la observación y la comprensión y tiende a complicar la observación de matices y a dispersarse la información.
Así que, cuando haya elegido un representante, le indicas a la persona que le de una ubicación en el espacio. Pídele que lo coloque según sienta que es su lugar en la situación.
La tabla giratoria es el escenario en el que representará la imagen de la situación que vive. ¿Cuál es el lugar que ese personaje ocupa en la situación? Que lo coloque según ese sentir.
Aunque la persona no sepa muy bien cómo empezar o dónde ubicarlos, evitamos dar instrucciones; esperamos en silencio, nuestro objetivo es que la persona conecte lo máximo posible con su sentir. Para ayudarle a ubicar muñecos sin condicionarle puedes hacer preguntas como: “¿Dónde sientes que estaría esta figura?” o una vez colocado dale tiempo a una revisión de modo neutro “¿Aquí está bien para ti?.
Con algunas personas no estará de sobra que aclares que “cualquier colocación es posible o adecuada, no hay errores posibles, solo queremos ver cómo colocarlos para que sientas que reflejan esta experiencia que reproducimos”.
Si estás haciendo una sesión online, pídele que te indica con la mayor precisión posible sobre la colocación de cada uno de los muñecos.
Cuando vayas adquiriendo experiencia la indagación y movimientos que la persona hace en la colocación también te darán información sobre sus procesos emocionales y mentales de decisión y valoración de la situación, pero eso llegará más adelante, cuando ya tengas un nivel avanzado en el manejo de los muñecos.
Mover los muñecos durante la sesión.
Durante el desenlace en una terapia con muñecos habitualmente el consultante irá experimentando cambios a nivel interno, e iremos actualizando la imagen creada inicialmente. Eso significa que en algún momento en concreto puede querer mover a su figura, o puede que como terapeuta tu se lo propongas también. En esos movimientos el cliente va encontrando el orden, va incorporando un lugar donde se siente con más fuerza y va desencallando las dificultades que aparecieron.
Ten en cuenta que no es ni necesario ni imprescindible que sucedan movimientos de desplazamiento de muñecos, lo esencial son los movimientos internos, pero se pueden dar estos desplazamientos de figuras. Es bastante frecuente que en una sesión exista 1 único movimiento de desplazamiento de figuras, habitualmente hacia el final.
Si estamos acompañando presencialmente, siempre será la persona quien mueva las figuras. Y si es online las moveremos nosotros siguiendo sus indicaciones.
¿Qué muñecos se pueden mover y cuáles no?¿Puede mover únicamente la figura que le representa a él o se pueden mover todas las figuras?
Depende. Aquí van mis tips para esto.
¿Cuándo indicar al cliente puede mover únicamente su figura pero no puede ir moviendo los demás muñecos?
Especialmente al inicio de tu manejo de muñecos, y especialmente con personas que tienden a responsabilizar a los demás de lo que les sucede, o esperan que los demás les solucionen el camino,
No se trata de una prohibición dogmática sobre el manejo de muñecos, pero facilitará la sesión para ti y para el cliente.
Las personas que “esperan que el otro cambie”, “su pareja se acerque y sea más cariñoso”, “esa persona desaparezca de su vida”… y sienten que no tienen ellos mismos que cambiar nada porque “ya lo hacen bien”, o sienten que “es el otro que se está equivocando y tiene que cambiar”, tienen tendencia a priorizar el movimiento de las figuras representantes de las otras personas.
Pero en el proceso de mejora de una situación no tenemos el poder de hacer que los que no están en la sala “hagan distinto”, “se comporten como necesitamos o creemos que deben o hace, o necesitamos que hagan”. Todo eso es fantasía.
Mover el muñeco que representa a otra persona refleja el deseo o necesidad de que el otro cambie, se acerque, se aleje, o haga algo distinto. Pero no produce un cambio en esa persona.
Si la persona solo puede mover su representante toma conciencia con mayor claridad de que el proceso de cambio depende de él, está en él, en sus paso, en sus giros, en sus acercamientos y alejamientos.
¿Pero se podrían mover las figuras de los demás?,¿qué representa eso?
Si en algún momento siente la necesidad de cambiar o mover una figura que no es la suya, como terapeutas debemos prestar mucha atención a eso.
Habitualmente ese impulso nace de un deseo o necesidad del cliente («quiero que se aleje», «necesitaría que se de la vuelta y me mire», etc.) Acostumbran a ser movimientos que nos indican la imagen ideal que quiere ver el cliente.
Cuando tengas experiencia en el manejo de sesiones con muñecos podrás dejarle mover ese muñeco poniendo claridad a este deseo o necesidad. Este modo de trabajar permite la exploración de su deseo.
Pero cómo es complejo, mejor empieza solo moviendo el representante de él mismo o partes de sí mismo.
¿Cuándo se mueven los muñecos?
- Se pueden mover para explorar caminos de solución. En ese movimiento la persona está indagando en su propio interior qué distancia con esa persona es adecuada para ella.
- O cuando el cambio se ha producido internamente y entonces lo refleja en la imagen. Por ejemplo, «ahroa sí puedo acercarme más a papá».
Cuando la persona nos pida mover un muñeco observaremos si ese cambio (acercamiento, alejamiento, giro de mirada, etc.) se está dando internamente o no. Lo observaremos en su lenguaje corporal, emocional, en su proceso, etc.
Si el desplazamiento que propone se muestra en sintonía con el cambio interno que se está dando le dejaremos reflejar eso en la imagen.
Si no es así es mejor no mover la figura.
Pero cuando lo comunique usaremos esa información para ayudarle a tomar conciencia de cuál sería su deseo y también puede reconocer que eso le cuesta, que no está preparado, que necesita ayuda , tiempo o un recurso para hacer ese cambio, integración etc. Reconocer cuál es la situación real es de enorme valor.
Otra posibilidad si observamos que no se está dando la transformación internamente en la persona es dejarle mover la figura pero reconocer con tranquilidad, claridad y sin juicio, que ese movimiento que vemos en los muñecos es el deseo, el camino esperado… Saber cuál es el deseo o cómo sentiría adecuado resolver la situación también es una forma de explorarse a sí mismo.
Lo importante en este caso es no confundir lo deseado con lo sucedido.
¿Cómo aprendes a identificar todo esto? Terminando tu curso de terapia con muñecos en DALE AL PLAY, después de todo, la práctica hace al maestro.
Observar y preguntar.
Cuando tenemos experiencia en su uso nos es muy fácil ver las asociaciones entre los representantes de los muñecos y los sucesos que narra el cliente, pero cuando acompañamos en el trabajo con muñecos es muy importante, y significativo, respetar sus tiempos y su proceso, interviniendo en él, lo mínimo posible.
De ese modo le damos tiempo e invitamos a que pueda entrar en contacto profundo con su mundo interior y pueda encontrar sus propios recursos y caminos, facilitando eso si ese camino.
¿Has visto la película Inception? Esto funciona algo parecido. Cuando no les das el tiempo para ellos tener el insight, estarías implantando una idea en su cabeza por accidente, y dicha idea no siempre va a ser la verdad. Puede que tú estés asumiendo algo a partir de la información que te ha dado, ¿pero qué pasa con la que no conoces?
Lo mejor es incentivar la indagación con preguntas abiertas y que la persona dé su propio significado.
Durante el desenlace de la sesión con muñecos no buscamos una verbalización excesiva, pero sí necesitamos estar continuamente en contacto con la imagen que el cliente se está haciendo internamente de la representación con los muñecos que va en marcha.
Con preguntas como ¿qué ves en este muñeco ahora que te recuerda a esta persona?, ¿veo que lo has colocado sentado, qué te dice a ti esa posición en relación a la realidad, qué ves en ello?, o ¿cómo es para ti ver a estas dos figuras mirándose?, o ¿qué sucede en ti cuando ves la imagen ahora?…
En todas estas respuestas el cliente te dará información y sobre todo, la buscará en sí mismo.
En la observación conjunta de lo que te cuenta, con su lenguaje corporal, y la imagen de los muñecos podrás observar las coherencias e incoherencias en su narrativa en su autoconocimiento, en su comprensión de la situación.
Las incoherencias no es que “mienta” o “engañe” o “esconda”, la mayor parte de ocasiones es que “ no es consciente de eso”. Y en estas incoherencias podrás pillar “los puntos ciegos” de la persona (asociaciones que no ha hecho conscientes, o cuya relación no ha concienciado todavía).
No te preocupes si hay veces que la conversación se estanca, algunas preguntas que pueden ayudarte a recobrar el ritmo son: “¿Cómo se siente el muñeco que te representa aquí?”, “¿cómo crees que el muñeco que representa a tu padre actuaría ante esta situación”, “si el muñeco de tu hermana pudiese hablar, ¿qué diría ahora?”, “¿qué crees le podría estar diciendo el representante de tu abuelo al muñeco que te representa con esa mirada?”.
Como ves lo esencial es que tu lenguaje sea fenomenológico, que sea descriptivo, y que evites interpretaciones condicionantes como “¿este vestido provocativo de la representante te recuerda algo de esta persona?”. En este caso “provocativo” es tu juicio y puede ser completamente alejado del significante que ella dé a esa ropa que podría ser “divertido” “disfraz” “elegante” etc. Seguro que puedes ver con claridad la diferencia.
En el caso de los adultos, normalmente al trabajar la narrativa y plantear preguntas abiertas que inviten a pensar, a encontrar respuestas y sus propias soluciones, las personas se abren y están dispuestas a responder de forma extendida.
Ante las dificultades de interacción cliente-terapeuta, sirve mucho recordarles que estáis los dos juntos ahí centrados en él, que es el único protagonista y estás para ayudarle a estar mejor. Y que con ese objetivo, en el tiempo de sesión, es importante que los pensamientos y emociones que surjan puedan fluir con total seguridad y libertad, que todas son adecuadas, bienvenidas porque esa externalización es infinitamente mejor que rumiar alrededor de la misma idea secundaria no beneficia a nadie.
Puede que te encuentres también con clientes que no están cómodos usando los muñecos (son los que inicialmente están más callados, de brazos cruzados y respondiendo directamente en lugar de hacer el trabajo de evocación de pensamientos y emociones).
Ten paciencia. Recuerda que el cerebro humano siempre busca protegernos, y que ciertas dinámicas simbólicas pueden “atacar” nuestro inconsciente y hacer que sepultemos muy adentro lo que de verdad está pasando.
Como primer paso para que la persona se abra a incorporarlos en el espacio de trabajo puede ser proponer pequeños juegos proyectivos en lugar de iniciar directamente una sesión completa con muñecos, o puedes usarlos tú para contarle al consultante algún aspecto psicopedagógico. De este modo, sin sumergirse en su mundo interior a través de ellos aún, la persona podrá darse cuenta de la facilidad comunicativa que aportan e ir normalizándolos como lenguaje simbólico.
Elementos a observar en la imagen de los muñecos.

Aquí tienes los puntos centrales de la observación.
- Ubicación en el espacio: centro, parte delantera o lateral de la tabla.
- Postura corporal del muñeco (sentado, tumbado, etc.).
- Expresión facial, tipo de mirada.
- Vestuario y dibujos, palabras etc. en la ropa que lleva.
- Elementos añadidos, casco, gafas, coronas, etc.
- Energía que tiene el muñeco (débil, con los pies en la tierra, ausente, etc.)
- Si lleva elementos de protección y qué sentido les da la persona.
- Intensidad de los colores. Relación o no de los colores de las figuras.
- Tamaño y edad de las figuras.
- Dirección de las miradas: quién mira a quién, y quién no es mirado.
- Relación existente entre los distintos elementos.
- Ausencias de personajes o espacios vacíos, lo excluido.
- Las líneas que se crean entre los muñecos, triangulaciones, círculos, verticalidad u horizontalidad
- Las líneas que se crean entre los muñecos, triangulaciones, círculos, verticalidad u horizontalidad
- Coherencia o disonancia entre la imagen y el relato verbal.
Comprensión de la imagen.
Para una buena práctica de muñecos, investiga siempre el significado que tiene lo que se muestra para la persona.
Observa tu en primera persona los muñecos «más allá» de lo que la persona te cuenta; busca lo que no ve, lo que no está, amplia su campo. Para hacerlo usa el lenguaje y la observación fenomenológica, no interpretes.
Si necesitas indagar en un aspecto particular de la imagen, usa frases que permitan hacer la observación al propio cliente, sin aportar la información de antemano. Por ejemplo, evita decir: “me parece que sucede -tal cosa- ¿no lo crees?” y mejor formula del siguiente modo: “este aspecto específico- vestido, colocación- qué sentido tiene para ti?.
Puedes comentar lo que observas, lo que te sugiere la imagen, validando con el cliente si tiene sentido para él o puede reconocerlo en su experiencia. No necesitas un si inmediato, deja tiempo a la reflexión, a su sentir, haz silencio. Que indague en sí mismo y pueda responder sinceramente. Acepta su respuesta y sigue a partir de ella.
Utiliza la forma pedagógica como recurso para aportar información que facilite su comprensión.
Si lo que la persona nos ha contado es incoherente (o nos lo parece) con la imagen configurada, dedica tiempo a encontrar la explicación a esa incoherencia, porque la hay.
Puede que sea un aspecto no consciente para la persona y esa toma de conciencia será valiosa para su cambio.
Por ejemplo: la persona nos dice respecto a su madre “siente que me invade” , en cambio los muñecos están muy alejados en la tabla giratoria.
Pregúntale sin juicio, mostrándole la diferencia entre lo que dice y los muñecos “en tus palabras he escuchado que te sientes invadida por mamá, y al observar los muñecos veo que están alejados físicamente. ¿Qué sentido tiene para ti una cosa con la otra, me lo cuentas?
Aléjate de las discusiones.
Me pasó una vez con una cliente. Ella había asistido a una sesión por un tema de conflicto laboral. En realidad era un tema de abuso y los miedos que esto le causaba. El abuso sexual intrafamiliar era bastante evidente, pero ella no usaba esas palabras, evitava la indagación en algunos temas, y me decía que había vivencias que “no recordaba del todo.”
Intenté acercarme a la situación con preguntas indirectas y ahí empezó la tensión. Ella se sintió atacada y me dijo en un tono de voz recriminatorio que dejara de buscarle “tres pies al gato” porque “hay relaciones que son así y ya”.
Acepté su comentario, puede reconocer su dificultad en mirar esa herida, recuerdo o situación de frente, y evidentemente, le di su tiempo. Necesitaba confiar más en mí y en ella misma antes de abrir esa información. En la quinta sesión más o menos, ella pudo empezar a hablar de ello.
Lo que quiero decirte con esta historia es que hay traumas que no pueden hablarse con facilidad, ni va a ser sencillo que la persona verbalice o comparta lo sucedido. Fórmate en atención a episodios traumáticos si quieres adentrarte en este acompañamiento.
En el caso de que necesites saber qué hacer ante un caso similar a este, he hecho un vídeo en el que explico cómo hablar del abuso sexual de forma segura.
Más allá de si lo que hay detrás de su reacción es un episodio más o menos traumático, en la relación terapéutica es importante aprender a observar las estrategias de relación, y sus métodos de afrontamiento sin tomarlo como algo personal. Utiliza la observación de cómo se relaciona contigo como información relevante para conocer mejor al cliente y ayudarle en su proceso. Esto te evitará entrar en discusiones con quienes acompañas.
Propuestas de narrativa.
Durante el desenlace y cierre de la sesión de terapia con muñecos utilizaremos propuestas narrativas para ayudar a la comprensión y movilización hacia la solución.
- Explicar lo obvio. Esto facilita al cliente expresar, exteriorizar lo necesario y tomar más conciencia de lo que sucede.
- Reconocerse, dirigir la mirada y comprensión sobre lo que le está sucediendo. Por ejemplo: cuando se ha mostrado un miedo y el cliente siente muy fuerte su presencia, “tu presencia me es dificultosa en este momento, quisiera poderte mirar distinto, a tu lado me siento inseguro”.
- Generar cambios en el cliente a través de una reacción emocional. A veces facilitar frases que vayan en el sentido contrario de la que es la necesidad del cliente, hace que el cliente conecte profundamente con su necesidad y pueda crear una frase potente para determinarse y posicionarse hacia lo que desea, desde la que nosotros le damos y no le sirve.
- Acoger lo que es tal y como es. El cliente tiene sus propias frases, empoderarle ahí, y reforzar para que las verbalice cuando sentimos que son realmente significativas y conecta con su emoción, pues el expresar en voz alta le permite conectar más en profundidad con su sentir interno, y genera un movimiento dentro.
Las propuestas narrativas pueden nacer del profesional o ser reformulaciones de comentarios que haga el cliente.
El cierre de la sesión.
Al inicio de todo, es conveniente explicarle al cliente cuánto dura cada sesión y por qué. Usualmente una sesión con muñecos dura de 45 minutos a un poco más de 1 hora. Puede extenderse mucho más pero no te lo recomiendo porque lo que descubrís en cada sesión va a tener consecuencias emocionales y físicas en el cliente, es conveniente trabajar un aspecto en específico, y después dejarle aprender e integrar lo sucedido.
Aspectos importantes para un buen cierre:
- Dedícale el tiempo necesario. Acostumbramos a ser excesivamente expeditivos en esta etapa del trabajo, habitualmente porque nos hemos alargado en exceso en el desarrollo y llegamos tarde a esta fase de la sesión. Ten en cuenta de no hacer nuevas preguntas que abran líneas de reflexión o indagación nuevas.
- Recoge, reformula y repasa los puntos centrales de la sesión y los movimientos internos observados que han podido suceder en la persona. Asegúrate de que tiene sentido en su “vida real” y que lo ha comprendido (lo esencial al menos) de que sabe qué hacer con esta información o recurso, y si además convertís lo sucedido en un recurso para usar en el día a día (una frase empoderante, un mantra, un ritual, un recurso para la regulación emocional efectiva o el autocuidado) entonces puedes poner el lazo a la sesión. ¡Enhorabuena!
¿Cómo hacerlo?
Pregúntale a la persona (durante el desenlace puedes hacerlo e ir observando su comprensión de lo que va sucediendo) pero cuando os acerquéis al cierre es especialmente importante. Puedes ser explícito preguntándole “¿Tiene sentido para ti todo lo que has visto y vivido?, ¿comprendes la relación que tiene con lo que me has contado qué sucede?”, o por ejemplo “¿cómo siente que te ayuda en tu día a día esto que hemos visto con los muñecos?, ¿cuál es el modo en que puedes aplicar esto en la vida fuera de la consulta?”. Si no lo ha comprendido no le servirá de nada. - Estabiliza emocionalmente a la persona .Tráela de vuelta al presente y a su yo adulto.
- Convierte en un recurso práctico lo vivido en la sesión. Lo puede proponer la persona y si no sabe cómo hacerlo es el profesional quien hace una propuesta de mantra, imagen, anclaje, rito, hábito etc.
- Ayúdale a darse cuenta de qué modo lo sucedido le acerca al objetivo formulado al inicio de la sesión.
- Refuerza. Ofrece frases cortas, con claridad y fuerza, de refuerzo y apoyo, nos interesa que el cliente se vaya con una imagen posibilitadora y de fuerza.
Dar valor y reconocer lo importante.
Frases como: “Excelente trabajo ¿te parece si lo dejamos hasta aquí por hoy?”, “Hemos iluminado bastantes cosas en esta sesión, dejémoslo hasta aquí por hoy y retomemos en la siguiente”, son sencillas y muy efectivas.
Aunado a esto, te recomiendo que si es la primera sesión (con muñecos o sin ellos) de la persona, le avises que en algunos casos las personas sienten cierta agitación emocional, o mayor sensibilidad en el día a día. Explícale que es normal porque está sumergiéndose en un océano de emociones y pensamientos que no habían sido trabajados hasta ahora, y que con el tiempo, su cuerpo y mente se irán adaptando a este tipo de trabajo.
Con las imágenes y los muñecos es muy habitual que las personas quieran llevarse una foto (en la sesión presencial o en línea) de la imagen solución, puedes regalarles un muñeco y que se convierta en un anclaje (si es en línea a veces van a comprarse el muñeco que les da fuerza o su representante), el hecho que tu abras estas posibilidades les tranquiliza, los “muñecos les acompañan” fuera de la sesión, siguen apoyándolos.
3 técnicas proyectivas que puedes hacer con los muñecos:
Existen numerosas técnicas para ampliar el trabajo con muñecos, te dejo 3 en las siguientes líneas.
La silla vacía.
¿Te ha pasado que tienes un conflicto y terminas hablando solo, o pensando constantemente, en lo que harías o le dirías al otro?
Esa reproducción incesante del conflicto y las distintas cosas que podríamos decir o hacer, a veces, se paralizan cuando llega la hora de comunicarlos.
No es lo mismo pensar que tu jefe está siendo injusto, que decírselo a la cara ¿cierto?
Bueno, la técnica de la silla vacía es una forma de aliviar ese pesar, y de permitirnos elaborar un discurso que no solo comunique nuestras necesidades o problemas, sino hacernos conscientes de que hay más de una perspectiva.
En el caso de los muñecos, esta técnica implica hacer que el cliente asuma las posiciones de las dos partes dentro del conflicto. Que elabore de forma teatral, por decirlo de una manera, qué le diría a esta persona, cómo se sentiría, qué propuesta para elaborar el conflicto podría proponer; y seguidamente, lo mismo pero desde la perspectiva de la otra persona.
El cliente elige un representante para sí mismo en el momento de la conversación y otro representante para la persona con la que quiere tener esa conversación. Estos son los mínimos imprescindibles y suficientes.
En el desarrollo del ejercicio saldrán emociones, miedos, creencias etc. Los elementos esenciales que va manifestando la persona, y que quieres detenerte con ella a explorarlos con mayor claridad, puedes indicarle que elija un representante para ellos. De uno en uno y según vayan saliendo. Es un proceso de indagación y autoexploración apoyado en los muñecos.
También podrás apoyarte en ellos para buscar el recurso que sea de utilidad a la persona. Lo puedes hacer de modo genérico “representante del recurso” y que el muñeco aporte la información, o puede que la persona ya haya ido dándose cuenta de cuál puede ser un buen recurso para sentirse más tranquila, tener más claridad, ser más conciso (o lo que necesite cada uno).
Elegir el representante de ese recurso o de sí mismo en un estado de mayor fortaleza, o por ejemplo poner el muñeco que representa a una persona que le da confianza etc. será un modo de avanzar hacia el cierre con un elemento de utilidad para el día que se de esa conversación, e incluso puedes hacer un anclaje con este recurso o con la imagen final.
Técnicas narrativas.
Aquí puedes usar el tipo de narraciones que dirige el cliente, por ejemplo, pedirle que lleve un diario, que se exprese a través de cuentos o mini biografías. Hay clientes que incluso prefieren expresarse a través de canciones (propias y de artistas).
También puedes recomendar libros, cuentos terapéuticos y narraciones que le ayuden a reflexionar sobre una problemática y a poder encontrar las palabras para su propia historia.
El objetivo de las técnicas narrativas con muñecos es que la persona amplíe la visión que tiene del problema o dolor, y que pueda darle cierta estructura para su mayor comprensión. Que pueda cambiar su discurso, y pueda transformar ese diálogo interno que le perturba, dándole un nuevo significado, resignificando su relato.
Estas técnicas narrativas facilitan muchísimo la activación emocional (hemisferios derecho e izquierdo a la vez), de manera que pueda reconocer cómo se sienten ciertas emociones y cómo expresarlas de forma asertiva (cosa que facilita, por supuesto, la adquisición de responsabilidad sobre sus sentimientos).
Además de todo esto, permite ver patrones en los conflictos, basándose en el despliegue de las imágenes que revelan los muñecos y los códigos verbales y corporales del cliente.
En este vídeo te dejo algunas recomendaciones de libros que me han hecho reflexionar mucho sobre el dolor, la familia, el daño percibido, la ausencia, la trascendencia y el renacer. Ojo, no quiero decir que se los recomiendes a tus clientes de buenas a primeras sin leerlos, pero sí considero valioso que les eches un ojo desde la mirada profesional cuando tengas un tiempo, y si lo consideras apropiado, llevar esas historias a tus clientes.
La escultura familiar.
Esta es de mis técnicas favoritas porque permite visualizar y experimentar con las configuraciones relacionales de una familia. Te explico de qué va.
Usualmente se usa en terapias familiares u organizacionales.
La puedes realizar si asiste todo el grupo (o parte de él) a la sesión o taller.
En este grupo, se escoge un escultor quien será el responsable de asignar movimientos y posiciones a los muñecos que representan a sí mismo y a los otros participantes (esto ilustrando la dinámica general del grupo o en una situación específica).
Depende de qué tipo de intervención estés realizando y del objetivo de esta puedes indicar tu el escultor o que el grupo llegue a una decisión.
Una vez elegido será el encargado de iniciar la elección de los muñecos y su colocación.
A medida que va realizando la creación de la imagen, el escultor, irá contando el motivo de la elección y la colocación, su percepción sobre la situación. Y el resto del grupo al escucharle, irá tomando conciencia de su sentir o modo de verlo. De nuevo, según tus objetivos de intervención es posible que este escultor sea el único que hable hoy, en el caso de que no haya tenido voz habitualmente en el grupo y el objetivo es que “sea escuchado y tomado en cuenta”.
Otro modo de proceder posible sería buscar el acuerdo del grupo en la elección o colocación de los muñecos. Eso implicaría una necesidad de escucharse, compartir y reconocer el sentir de todos. Es posible que para esta elección compartida entre todos necesiten de tu apoyo para mantener la conversación adecuadamente; este es uno de los grandes objetivos y aprendizajes en este tipo de intervención. En este caso la imagen final creada contendrá la información y la voz del conjunto, y el proceso de crearla habrá sido parte fundamental del trabajo.
Si trabajas en el ámbito familiar, pedagógico, de asesoramiento de equipos o de mediación este tipo de manejo de los muñecos como elemento de diálogo para la toma de conciencia, el trabajo en equipo o la creación conjunta es muy interesante aunque seguramente menos conocido que su uso en sesiones individuales de coaching o terapia.
En todos los casos, al terminar, el grupo puede compartir sus sentimientos sobre lo que ha narrado el escultor. Es de suma importancia que sepas cómo canalizar estas verbalizaciones. Recuerda que en temáticas conflictivas o dolorosas, las emociones están a flor de piel y puede que las palabras a veces suban de tono.
Ante esto, conviene dejar claras las reglas desde el inicio: nadie interrumpe a nadie, las palabras deben escogerse desde el amor y la comprensión (no desde la recriminación), si hay dolor o rabia que expresar, debe hacerse de la forma más calmada posible para dejar espacio al sano intercambio de ideas.
Esta técnica también puede usarse para descubrir la “versión ideal de la familia/empresa”, y así, encontrar entre todos un consenso (cuando es posible, claro está).
Recomiendo mucho esta técnica para sesiones iniciales porque rompe con esa verbalización intelectual defensiva que a veces hace acto de presencia en las sesiones. Y, de las cosas más bonitas que encuentro usando la escultura familiar: es maravilloso poder darle voz a los niños y adolescentes a través de esta dinámica. Se descubren infinidad de emociones e ideas que no pueden poner en palabras todavía.
CONCLUSIONES sobre la terapia con muñecos.
Como has podido leer en este mega post sobre la terapia con muñecos, sus usos son infinitos y se adaptan a una amplia gama de profesionales, contextos y clientes.
Son una herramienta que utilizo hace más de 11 años, y he podido vivir sus beneficios como cliente y como profesional.
Los comentarios de los centenares de alumnos que hemos tenido en Dale al Play son maravillosos. No solo porque se crea una comunidad muy bonita entre cada promoción, sino porque en las prácticas se puede ver lo mucho que valoran el potencial de los muñecos para sí mismos y para sus clientes.
De varios de ellos veo ya los resultados de sus servicios con muñecos a través de las redes sociales y me alegra infinito el corazón, por ellos, y por las personas a quienes están ayudando.
En definitiva, creo que son sumamente poderosos, pero como dicen: “un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”. Por ello insisto tanto en que si queréis usar los muñecos en vuestras sesiones, os forméis al respecto.
Puede que con este post te sientas preparado para comprar muñecos Playmobil® para terapia ahora mismo, pero hay demasiadas variantes, pormenores y abordajes que necesitas conocer para abrir y cerrar procesos correctamente.