Había una vez… MANAWEE, un cuento del gran libro de Clarisa Pinkola Estés «Mujeres que corren con lobos».
Si te gusta leer, la psicología y las historias te lo recomiendo encarecidamente. Te ayudará a conocerte, comprenderte y conectar con tu Fuerza de Mujer Salvaje.
MANAWEE
La historia sobre cómo conseguir la Unión Completa en la pareja: el encuentro de la «Mujer Salvaje» con el «Hombre Salvaje».
Aquí debajo te dejo un audio del cuento, espero que lo disfrutes:
Los aprendizajes
Este es un resumen de los aprendizajes que en su explicación Clarisa aporta para todas las mujeres y hombres a través de recortes de sus palabras y enseñanzas.
- Las mujeres somos seres duales, anidan en nuestro interior dos poderosas fuerza femeninas, por este motivo aparecen las gemelas en el cuento.
- Para ganarse el corazón de una mujer, el compañero debe comprender al máximo la doble naturaleza de ésta.
- Una mujer tiene un ser exterior y una criatura interior.
- El ser exterior vive a la luz del día y es fácilmente visible. Suele ser pragmático y muy humano. La criatura interna suele emerger a la superficie desde muy lejos, puede desaparecer rápidamente, y siempre deja una sensación de algo sorprendente, original, inesperado, sabio.
- La doble naturaleza se ve en los modos casi opuestos en que cada uno de estos seres se manifiesta: contenta/nostálgica, ardiente/fría,etc.
- La pérdida de los poderes psicológicos, emocionales y espirituales de las mujeres se debe a la separación de estas dos naturalezas, a la simulación de que uno u otro ya no existe.
- En el cuento Manawee posee también una doble naturaleza.
La humana, amable y afectuosa, no es suficiente para superar la prueba de conseguir a la mujer. Es su perro, el símbolo de la naturaleza instintiva, el que tiene la capacidad de acercarse a las mujeres y averiguar sus nombres. Es el perro el que desecha las seducciones superficiales y es capaz de conservar los conocimientos importantes. Es el perro el capaz de recuperar las ideas valiosas.
Si una mujer quiere que su compañero responda de esa manera, tendrá que enseñarle el secreto de la dualidad femenina. Tendrá que hablarle de la mujer interior, aquella que , añadida a ella misma, suma dos.
Y para ello la mujer lo hará enseñándole a hacerle dos preguntas:
¿Qué es lo que quieres?.
Casi todo el mundo suele formular esta versión de esta pregunta. Pero hay otra pregunta más esencial, es la siguiente:
¿Qué es lo que quiere tu yo profundo?
Si un hombre pasa por alto la doble naturaleza de la mujer y la toma por lo que parece, lo más seguro es que se lleve una sorpresa, pues, cuando la naturaleza salvaje de la mujer surge de las profundidades y empieza a dejar sentir su presencia, a menudo tiene unas ideas, unos intereses y unos sentimientos muy distintos de los que había puesto de manifiesto anteriormente.
Para entablar una relación segura, la mujer tendrá que hacer las mismas preguntas a su compañero.
Para amar a una mujer, el hombre tiene que amar también su naturaleza indómita. Si la mujer acepta a un compañero que no saber a no puede amar su otra faceta, tendrá la sensación de que la han desmontado y cojeará como si estuviera averiada.
Sabemos que la criatura del hombre salvaje, el perro en el cuento de Manawee, está buscando su Mujer terrenal.
Tanto si uno tiene miedo como si no, el hecho de dejarse conmover por el alma salvaje de otra persona constituye un profundo acto de amor.
La tarea del hombre es descubrir los verdaderos nombres de la mujer y no hacer mal uso de este conocimiento para ejercer su poder sobre ella, sino captar y comprender la sustancia de la que está hecha, dejarse inundar, sorprender, escandalizar e incluso atemorizar por ella.
Y permanecer a su lado. Y cantarle sus nombres.
Eso hará que le brillen los ojos a ella y que a él li brillen a su vez los suyos.
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Un cálido abrazo, Olga Gil
